lunes, 6 de enero de 2014

Epílogo: Capítulo 49.

5 meses después...
-El edificio de Mike está al lado del mío, pero tengo pensado pedir un cambio y tal vez me lo concedan... Igualmente estoy muy feliz ¡el campus es enorme y la gente muy amable!- comentaba Leslie al otro lado del teléfono.
Harry y yo íbamos en su coche nuevo, había estado ahorrando todo el verano para poder comprarlo, y ahora se ofrecía para llevarme a todos lados para poder utilizarlo, cosa que a mi me venía de perlas.
Ahora que había conseguido un trabajo en una tienda de vídeo juegos estaba ahorrando para poder independizarse ya que ha decidido desechar los estudios y empezar a ganarse la vida. En cambio Alice, su novia, se fue a una muy buena universidad en Carolina del Norte, y Harry y ella están intentando llevar una relación a distancia. Hablan por teléfono todo el tiempo, y él intenta ir a verla todas las semanas y asegura que en cuanto consiga suficiente dinero se mudará para estar con ella.
Leslie había conseguido entrar en la misma universidad que Michael, que por cierto ahora eran una pareja feliz y perfecta como antes. Michael y Leslie se fueron el mes de Julio entero a pasar unas vacaciones juntos y regresaron más enamorados que nunca.
Por otro lado yo había conseguido suficiente nota para estudiar periodismo en la universidad que quería y ahora iba camino de mi campus a instalarme.
-Nos alegramos mucho, Leslie.- respondía Harry.
Teníamos el manos libres en el coche para poder hablar los tres a la vez. Harry aparcó el coche en la entrada y yo en seguida salí emocionada no sin antes despedirme de Leslie.
-¡Ya hemos llegado!- dije ilusionada.- Después hablamos Les, ¡te quiero mucho!
Di la vuelta al coche abriendo el maletero y al rato Harry estaba a mi lado ayudándome a sacar las maletas.
-¿Solo una caja?- preguntó Harry extrañado.
-Si, en esta llevo las cosas más importantes, el resto me las traen mis padres mañana.- dije y Harry asintió.
Saqué las tres maletas más una mochila. Harry cogió mi caja y dos de las maletas y me ayudó a subirlas.
La universidad era tal y como me imaginaba. Un gran edificio con césped y árboles alrededor, alumnos novatos como yo subiendo sus maletas, algunos emocionados y otros inseguros y despistados, mientras los veteranos andaban por ahí con seguridad, los más bohemios estaban en el césped sentados con sus guitarras, y los jugadores de fútbol super populares se hacían pases mientras algunos novatos les reconocían, el fútbol en las universidades es muy importante...
Eso me hacía pensar en Ryan, no sabía mucho de él ya que ya no nos hablamos, pero me comentaron que le habían dado una beca por el fútbol y ahora estaba en una de las mejores universidades del país, tal vez Harvard, Stanford o Princeton... En cualquier caso me parecía perfecto, todas esas universidades están muy lejos de Florida, y así me aseguraba no volver a verle la cara en bastante tiempo.
De Deryck era casi del que menos sabía. Michael me contó que había vuelto a California por las vacaciones, pero supuse que luego volvería para seguir estudiando, además, creo que aun salía con Cassie... Ni idea, la verdad es que no he vuelto a hablar con él desde la última vez...
Harry y yo subimos las escaleras hacia mi habitación. Yo ya había estado hace unos días llevando algunas cajas, pero aun quedaba muchas para que me pudiese instalar a gusto en la que ahora sería como mi casa.
La verdad es que tenía ganas de empezar, la universidad era algo completamente nuevo, con gente nueva, profesores nuevos, nuevo ambiente, y estudiando algo que me gustaba, era como el comienzo de una nueva etapa que me moría por descubrir.
El edificio donde estaba la habitación que me habían asignado tenía los pasillos largos, con un baño común al fondo para todos los alumnos de esa planta. Cogí la llave de mi habitación que tenía en el bolsillo de la chaqueta y abrí la puerta. Me encantaba mi habitación. Era muy pequeña, ya que es individual, pero me gustaba. Tenía una ventana al fondo que alumbraba toda la habitación, mi cama a la derecha, un armario al lado y un pequeño escritorio en frente con una mini-nevera, todo lo que necesitaba un estudiante universitario.
-Ya eres oficialmente universitaria ¿no?- dijo Harry.- Solo te hace falta una sudadera hortera con el logotipo de la universidad.
-¡Ya la tengo!- dije sacando una sudadera de una bolsa y mostrándosela.
Harry se echó la mano a la frente...
-Oh dios mío... No te la pongas en mi presencia.
Yo me reí y en seguida me la puse por encima de mi camiseta.
-Yo creo que me favorece.- dije mirándome en el espejo.
-Estás mona.- dijo Harry.- Anda, dame un abrazo.
Me acerqué a Harry y le abracé todo lo fuerte que pude. Me daba pena porque ahora le vería muchísimo menos.
-Ey, me espachurras...- dijo Harry sin dejar de abrazarme.- No te pongas así, nos veremos una vez al mes por lo menos, y hablaremos por teléfono y skype siempre que podamos.- continuó al notar que a mi se me escapaban unas lagrimitas.
-Si lo sé...- dije secando mi mejilla.
-Que llorona eres.- dijo esbozando una sonrisa y apartándose despacio de mi.
Yo le golpeé el brazo y me reí también. Da igual lo mucho que hablase por teléfono o skype por Harry, iba a echar de menos sus abrazos, sus tonterías, nuestras tardes comiendo chuches, y el hecho de que estuviese ahí siempre disponible para mi.
-Siempre voy a estar disponible para ti, eh.- dijo como leyéndome la mente y yo sonreí.
-Venga, vete antes de que te rapte y no vuelvas a ver a tu familia.- dije empujándole fuera de mi habitación.
Harry se rió de nuevo.
-Está bien, está bien. ¿Nos vemos el fin de semana que viene?- preguntó.
-Claro.- contesté.

Había estado como una hora entera colocando las cosas en mi habitación. Llené los armarios de ropa, las estanterías de libros, las paredes de fotos y recuerdos, decoré el pequeño escritorio, dándole a todo mi toque personal. Y cuando todo parecía en orden y a mi gustó comenzó a sonar mi móvil.
-¿Si?- contesté rápidamente sin mirar quien llamaba.
-Soy yo.- dijo la voz de Nick al otro lado del teléfono y enseguida sonreí.
-¿Ya has llegado?- pregunté.
-Si, ¿y tu?- contestó Nick.
-Si, ¿en que edificio está tu habitación?- pregunté deseando que fuera en el mismo que la mía.
-En el tercero.- contestó Nick.
-¡Yo también!- dije sonriendo.
Fui hacia la puerta de mi habitación para echar un vistazo al pasillo, y entonces vi a Nick de espaldas, aun con el teléfono en la mano, metiendo una caja en su habitación, que está enfrente de la mía, a patadas. Yo sonreí, Nick era, y es un desastre de chico.
-¿En que habitación estás?- decía Nick que no me había visto, mientras entraba en su habitación, dejando las cajas por el suelo de su cuarto.
Cerré la puerta de mi cuarto y entré en la habitación de Nick, que miraba por la ventana de espaldas a mi todavía.
-En la tuya.- contesté a la vez que colgaba el teléfono y cerraba la puerta de la habitación de Nick.
Nick se giró encontrándome allí, y sonrió.
-Que rápido me has encontrado.
-Estoy en la habitación de enfrente.- dije señalando hacia la puerta.
-Eso lo mejora todo.- respondió Nick.
Entonces puso su mano en mi cintura, yo pasé la mía alrededor de su cuello y nos fundimos en un beso.
Me esperaba un año perfecto, en la universidad perfecta, con mi chico perfecto.
Hace un año jamás creería que ahora estaría en la universidad que quería, besando al chico que tanto he detestado siempre, a Nick Carter.
Pero bueno, creo que es hora de dejar de pensar en el pasado, coger una nueva página, y empezar a escribirla, dibujarla y colorearla desde cero.

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