jueves, 18 de abril de 2013

Capítulo 29.

Esa mañana estaba de buen humor, era definitivo, Nick y yo estábamos juntos. Tenía ganas de llegar a clase, estar con Nick, poder besarle, caminar de la mano por los pasillos y que todo el mundo supiera que yo estaba saliendo con Nick Carter. Nick Carter es mi novio. Cuanto más repetía la frase en mi cabeza mejor me sonaba.
Era increíble, hace unos años salía con Ryan, el popular y perfectísimo chico con el que todas soñaban, y ahora con Nick, su polo opuesto. Hace meses Nick ni si quiera me caía bien, y cuando salía con Ryan aun menos, ya que ellos siempre fueron rivales, algunos años coincidieron en clase y estaban todo el tiempo lazándose pullas y en ocasiones hasta acababan en pelea en la puerta del instituto. A pesar de que podría decirse que son polos opuestos en algunas cosas como su personalidad, los dos son muy populares y todas las chicas andan detrás de ellos, pero claro, Ryan es el capitán del equipo de fútbol americano del instituto, y en cambio a Nick jamás le he visto jugando al fútbol americano, Ryan es super rico y vive en una casa enorme, tiene varios coches y todos los caprichos que quiera, Nick en cambio tiene que trabajar para ayudar a su madre en casa, Ryan monta fiestas geniales en su casa e invita a todo el mundo, y Nick más bien va a las fiestas invitado, o si no se reune con su grupo fijo de amigos, Ryan siempre tiene alguna novia rubia pija y superficial (yo misma fui una de ellas), y Nick en todos los años que llevamos de instituto no había tenido ni una sola novia, que yo supiera, tan solo algún rollo con alguna chica de vez en cuando, pero nada serio, tenía fama de inalcanzable para todas la chicas, y ahora estaba conmigo.

Salí de casa dispuesta a encontrarme con Harry por el camino como cada mañana e ir juntos al instituto, pero cuando abrí la puerta de mi casa vi que Harry ya estaba allí.
-¡Hoy has madrugado! ¿Qué haces aquí? Normalmente te encuentro por el camino.- dije cerrando la puerta de mi casa detrás de mi.
-Tu misma lo has dicho, hoy he madrugado y pensé en ir a recogerte.- dijo con una sonrisa encantadora.
Empezamos a andar por el camino de costumbre hacia el instituto, mientras hablábamos de cosas sin importancia.
-¡Por cierto!- dijo Harry de repente.- Me ha dicho Lydia Evans que estás saliendo con Nick Carter.
-¿Lydia Evans? No pensé que la conocieras.- dije.
Lydia Evans es una chica que va a mi clase y probablemente nos hubiese visto ayer besándonos.
-Si, ahora estoy con ella, claro que nada serio.- dijo Harry.
-¿Con Lydia? ¿No estabas con Karem?
-Eso fue hace una semana...
-Perdona, tengo que ponerme al día con tus ligues.
-Deberías. Bueno, ¿entonces estás en plan serio con Carter?
-¡Si!- dije sonriendo.- Me lo pidió ayer ¿que te parece?
-Me parece bien si a ti te lo parece.- concluyó.

Cuando llegamos al instituto, me despedí de Harry y entré en clase de Español que era la asignatura que me tocaba a primera hora. En esa clase me sentaba con una chica muy callada llamada Alice, así que sería un aburrimiento. Busqué a Nick con la mirada, pero no estaba, probablemente se hubiese quedado dormido y llegase un poco más tarde, así que sin más me fui a ocupar mi sitio algo desilusionada.

La clase de Español se hizo eterna, y Nick no había aparecido, tal vez estuviese enfermo o algo así.
Teníamos clase de Química, y hoy Deryck nos daría la clase de nuevo. Me senté sola, dejando un espacio vacío donde se suponía que debía estar Nick, la clase se me haría eterna si no estaba él y más si Deryck daba la clase que me hacía sentir incómoda.
Deryck entró en clase y como era rutina, algunas chicas se levantaron a hablar con él. Él las dijo amablemente que se sentaran, sin quitar la sonrisa de su cara.
Empezó a explicar una práctica con el microscopio en parejas mientras algunas, para variar, hacían preguntas estúpidas. Cuando terminó levanté la mano.
-No tengo pareja.- dije, ya que no podía hacer la práctica sin compañero. Él echó un vistazo a la clase, buscando a otra persona sin pareja, pero no había nadie.
-Está bien, yo me pondré contigo.- dijo mientras iba al sitio de Nick y se sentaba y el resto de la clase empezaba la práctica.
-Bueno, ¿cómo es esto de ser profesor?- le pregunté para entablar una conversación después de nuestra tregua de ayer.
-A veces mola, pero normalmente es aburrido, tengo que hacer las mismas prácticas con todas las clases y acabo aburrido de explicar todo el tiempo lo mismo.
-Oh si.- dije como si lo entendiera.- Por no hablar de todas las alumnas pesadas que te acosan.- dije dirigiendo la mirada a Sam y Sophie.
Él soltó una carcajada.
-No son pesadas.- dijo.
-¡Si que lo son! No dejan de mirarte y de hacerte preguntas estúpidas o que no vienen a nada, me ponen de los nervios...- dije aburrida, mientras toqueteaba unas piedrecitas que teníamos que ver por el microscopio.
-¿Si a mi no me molestan porque deberían de molestarte a ti?- dijo sonriendo.
Yo le miré seriamente.
-Si piensas que estoy celosa o algo te equivocas y eres un creído. Me molestan y punto.- dije molesta.
Él volvió a reírse.
-Está bien, está bien, no te pongas así.- dijo con una sonrisa socarrona.
Cogí el microscopio y lo encendí, coloqué el pequeño cristal con una de las piedras encima para poder verlo. Después miré a Deryck para ver si lo había colocado bien.
-¿Qué tal?- dije refiriendo al microscopio.
-¿No decías que no salías con Nick?- dijo ignorando mi pregunta-
-Si bueno... ¿Por qué lo dices?
-Os vi besándoos ayer.- dijo.
-Ya bueno, es que ayer empezamos en plan serio.- respondí.
-Me alegro.- dijo esbozando una breve sonrisa, y después empezó a ajustar el microscopio sin volver a tocar el tema.

Nick no había venido en todo el día, y yo me quedaría con la ganas de verle hasta mañana, si es que venía, tal vez le llamara por la tarde.
Era penúltima hora, yo salí de clase, distraída en mis pensamientos cuando me choqué de golpe con alguien y todos mis libros se cayeron.
-Perdón.- murmuré agachándome a recogerlos.
-No importa.- respondió y se agachó también para ayudarme.
Levanté la vista para ver de quién se trataba y ella hizo lo mismo al la vez. Era Leslie, nos miramos incómodas sin saber bien que hacer. Aun tenía mal aspecto, estaba muy delgada, con ojeras y los ojos rojos, además de muy pálida, entre otras cosas.
Nos levantamos cuando estuvieron todos recogidos y me dio mis libros sin mirarme a los ojos, después ambas salimos disparadas de allí como si nada hubiese pasado.
Fui hacia mi taquilla, preocupada por Leslie. Abrí la puerta de mi taquilla y empecé a guardar libros. Necesitaba hablar con Les, pero ella no quería, no entendía que me preocupada por ella.
Entonces alguien me rodeó por la cintura con su brazos por detrás, yo me giré y me encontré con Nick que me dio un largo beso.
-¿Por qué no has venido?- pregunté con una sonrisa.
Él se descolgó del hombro una guitarra que estaba guardada en una funda de cuero y me la enseñó.
-He estado ahorrando y al final he juntado suficiente para comprarla. Un tío las vendía esta mañana a muy buen precio, es de segunda mano, pero está bastante bien.- dijo ilusionado.- Por eso he faltado, no quería ir esta tarde por si se agotaban.
-¡Es genial!- dije sinceramente. Sabía que Nick tuvo que vender su antigua guitarra porque necesitaba dinero, y solo conservaba su púa.- ¿Me tocas alguna canción?
-No sé, he perdido práctica... Tal vez otro día.- dijo.
-¡Venga por favor! ¡Solo una canción! Vamos al patio, ahora estará vacío.
-No, en serio, me da vergüenza... Te prometo que otro día.- dijo.
-Está bien...- él sonrió,  y me cogió de la mano para ir a la siguiente clase.

Las dos últimas horas pasaron en nada con Nick, pero al final sonó la sirena que indicaba que podíamos ir a casa, o en mi caso que podía ir al castigo con Ryan...
Entré en la sala de castigados y me encontré a Ryan sentado en la mesa con dos botes grandes de pintura y otra herramientas para pintar, mirándolas con preocupación.
-¿Qué pasa?- dije-
-Tenemos que pintar la clase, porque algún subnormal ha hecho un graffiti...- dijo con la mirada perdida.- ¡¿Pero que se creen que somos?! ¡Que contraten a alguien para que lo haga!- dijo indignado a la vez que se levantaba.
En ese momento entró el conserje con dos monos de trabajo en la mano.
-Tenéis que poneros esto- dijo.
-Ni de coña.- dijo Ryan.- ¡Yo no pienso ponerme esa basura!
-¿Es que prefieres mancharte tu ropa de marca, niño?- contestó el conserje a la vez que le lanzaba el mono a Ryan y éste lo cogía a vuelo aun enfadado, después el conserje me dio el mío y se marchó mientras murmuraba algo sobre "maldito niño mimado". Y era cierto, Ryan es un niño mimado que siempre consigue lo que quiere, ya sea por su cara bonita o por su cantidad de dinero, y no estaba nada acostumbrado a que le dijeran lo que tenía que hacer y mucho menos a que le hicieran quitar chicles de las mesas o pintar una clase, como no solía tocar hacer.
Ryan abrió la boca para quejarse de nuevo.
-¡Deja de quejarte!- dije antes de que empezara a hablar.- ¡Si estamos aquí es por tu culpa!- continué molesta.
-Vale, vale. dijo esbozando una sonrisa.- Que susceptible estás hoy.
Yo suspiré y me puse el mono de color azul, tres tallas más grande que la mía encima de mi ropa. Ryan hizo lo mismo, solo que a él no le quedaba grande.

Media hora más tarde teníamos un poco menos de la mitad de la clase pintada de naranja. Ryan harto, tiró el rodillo al cubo y se volvió a sentar en la mesa.
-Aun queda más de la mitad.- dije cogiendo su rodillo y ofreciéndoselo, pero él no lo cogía.
-Oh, venga, no seas pesada. Descansemos un poco.- dijo.
-Me quiero ir a casa, y cuanto antes acabemos antes nos iremos.- dije.
-¿Sabes que me han contado hoy?- dijo ignorándome y yo suspiré.
-¿El qué?
-Que sales con Carter.- dijo a la vez que soltaba una carcajada.- Que estupidez ¿verdad?
-Pues no.- dije seriamente.
A él le cambió la cara.
-¿Cómo que no?- dijo sin entender.
-Pues que no es una estupidez.- continué.
-Pero si a ti Nick Carter te cae mal.- dije haciendo una sonrisa insegura, como si pensara que estaba de broma.
-Me caía mal.- dije recalcando la palabra ''caía''.
-¿Me estás diciendo que sales con ese?- dijo atónito.
-Básicamente.- respondí y él volvió a reír a carcajadas.
-¡No te creo! No has podido caer tan bajo.
-Pues no me creas, pero es verdad.- dije.
-¿Esperas que crea que tu sales con él? Eres demasiado pija para estar con ese, además ¡seguro que tiene pulgas! ¿Has visto su casa? Tu no estás tan mal de la cabeza...- dijo a la vez que se levantaba.
-¡Cállate idiota!- dije suspirando, Ryan siempre hablaba así de Nick.
Ryan se reía todo el tiempo.
-Entonces es cierto...- dijo sin parar de reír.- Cuando me lo contaron no me lo creí, y hay gente que tampoco se lo cree.- dijo mientras se acercaba.
-¿Y porqué no se lo creen?- pregunté.
-¡Pues porque eres una rubita pija!- dijo revolviéndome el pelo.- Y sales con el Harry ese, que se tira a todas las animadoras, por no hablar de tu amiga Valery que es la reina de los ponis rosas. Todo el mundo espera de ti que salgas con gente con dinero, no con el Nick ese. Hay apuestas que dicen que dejarás a Nick por mi, creo que voy a apostar yo también...- dijo acercándose peligrosamente.
-Eres imbécil...- dije.
Él puso su mano en mi mejilla mientras me miraba sonriendo.
-Eres demasiado guapa para estar con él, deberías estar conmigo.- dijo.
-No me toques.
-Estás manchada de pintura.- dijo limpiándome la mejilla.- ¿Tienes miedo de que me acerque demasiado y no te puedas controlar?- dijo y se acercó más a mi, tanto que notaba su aliento rozando mis labios al hablar.
Le empujé para alejarle lo suficiente y después le apunté con el rodillo empapado de pintura.
-Tranquila, tranquila, no te voy a hacer nada que no quieras hacer.- dijo sonriendo y volvió a coger su rodillo para pintar el resto de la clase.
----------------------------------------------------------

¡Siento haber tardado tanto! Es que en temporada de instituto tengo mucho menos tiempo, además de las clases extraescolares (creo que ya os lo he dicho alguna vez) en fin, que estoy intentando sacar tiempo para escribir pero a veces me cuesta un poquito D:
Decirme que os ha parecido el capítulo plissss :3 Y nada, hasta lo antes posible :D ¡Se os quiere!