lunes, 29 de julio de 2013

Capítulo 36.

Al siguiente día caminaba con Harry por los pasillos del instituto sin ninguna prisa ya que por primera vez en bastantes días íbamos con tiempo de sobra a clase.
-Me ha dicho Leslie que ha hecho las paces con su madre, y que todo guay, que la está ayudando con todo esto.- dije caminando a su lado.
Harry se quedo en silencio, estaba mirando hacia otro lado sin prestarme atención.
-¿Me estás escuchando?- pregunte un poco irritada y él seguía mirando a otro sitio.- ¡Harry!- dije dándole un golpe en el hombro.
-¿Qué?- dijo distraído y dirigiendo su mirada hacia mi.
-Te estaba hablando...- dije suspirando.
-Ah... ¿Y que has dicho?- dijo volviendo a mirar a otro lado.
-Que Les me ha dicho que lo ha arreglado todo con su madre, y que la está ayudando con todo...- dije.
-Lo sé, he hablado con ella.- respondió.
Seguimos andando y Harry continuaba distraído, mirando alrededor todo el tiempo, como si buscase a alguien.
-¿Se puede saber que miras tanto?- dije finalmente.
-Esta ahí.- dijo como para si mismo y después tiró de mi para que fuera con él hacia el tablón de anuncios y después empezó a mirarlo interesado.-¿Has visto?- dijo señalando un cartel a boleo.
-¿Que se supone que estamos haciendo?- pregunté mirando a mi alrededor.
-¡No te gires!- dijo él intentando resultar disimulado.
Yo le volví a mirar y el hizo una mirada de que le siguiera el rollo, yo suspiré.
-Oh si, - dije fingiendo interesarme también en el cartel.- Un intercambio de libros el Martes que viene...
-Hola Harry.- dijo Alice que estaba cerrando su taquilla justo al lado nuestro.
Él la miró desinteresado.
-Ah, hola, no te había visto.- dijo Harry.
Ella sonreía.
-Ayer estuve viendo la película que me dijiste.- dijo Alice agarrando todos sus libros que abultaban más que ella.
-¿Si?- dijo Harry esbozando una breve sonrisa.- ¿Qué te pareció?
-Genial, me encanta Edward Norton, y aunque la película era un poco rarita estuvo muy bien.- dijo ella.
-Vaya... Me alegro entonces.- dijo él pasando la mano por su nuca.- Yo vi el primer capítulo de ese anime que me dijiste, cuando lo termine te diré que tal.
-De acuerdo, ya nos veremos entonces.- dijo ella haciendo ademán de irse.
-¡Espera!- dijo Harry antes de que se fuese y ella se giró.
-¿Si?- dijo.
-Lo cierto es que el Lunes tengo un examen muy importante, así que podrías pasarte también este fin de semana por mi casa... Para ayudarme.
-No sé si podré... Te lo digo mañana ¿vale?- respondió.
-Claro... Sin problemas.- dijo Harry.
-Hasta mañana entonces.- dijo ella dedicándole una sonrisa y Harry esbozó otra.
Cuando Alice estuvo ya lo suficiente lejos Harry dio un largo suspiro.
-¿Has visto eso?- dijo exasperado.
-Si, impresionante...- dije yo.- ¿Tu viendo anime?
-No, no digo eso. Ha pasado completamente de mi. Lo normal habría sido que me pidiera una cita o algo, y que inventara excusas para seguir hablando conmigo, pero no, se ha ido ¡y he tenido que pedírselo yo!- dijo masajeándose la frente.
-¿Una cita? ¿Eso era una cita? Se supone que habéis quedado para estudiar.
-Eso es lo peor, que ni si quiera tengo exámenes... Creo que me estoy volviendo loco.
-Estoy completamente de acuerdo. ¿Te gusta Alice? ¡A ti nunca te gusta nadie!- dije divertida.
-¿Que?- dijo molesto.- No me gusta, es muy rarita...
-¿Y entonces porque quieres una cita con ella?- pregunté.
-Pues... Porque ella no la quiere conmigo. Es como si no la atrajese nada... Cuando estamos juntos se limita a explicarme los puñeteros ejercicios de matemáticas.- dijo.
-¿Y que esperabas? ¡Es tu profesora particular!
-Pues lo normal. Que tontease conmigo, que me invitase a su casa, que me persiguiera por el instituto...
-Y finalmente eres tu el que la persigue a ella.- dije.
-¡No la persigo!- dijo y yo me reí.
-Hace un momento lo estabas haciendo.
Él se quedó en silencio...
-No es lo mismo.- concluyó.- Yo solo quiero saber porque no le gusto, no es porque a mi me guste ella.
Yo alcé una ceja mirándole.
-Deja de poner esa cara.- dijo irritado.

Llegué a clase divertida por la anterior situación. A Harry le gustaba Alice, dijera lo que dijera, y aunque aun no lo admitiera pronto lo haría. Alice es una chica diferente, no como todas las animadoras con cabeza hueca con las que acostumbraba a estar Harry, por eso se había fijado en ella.
Estaba en mi sitio en última fila. Nick aun no había llegado, así que estaba sola. Tenía clase con Deryck, que aun estaba haciendo prácticas en nuestro instituto.
Como siempre las chicas de mi clase se pasaban todo el tiempo tonteando con él, y me resultaban completamente estúpidas porque yo sabía de sobra que Deryck no estaba nada interesado en ninguna de ellas y simplemente era educado.
Deryck se paseaba por los sitios repartiendo unos papeles.
-Dentro de poco voy a dejar de hacer las prácticas en vuestro instituto, así que si alguien necesita ayuda urgente con las asignatura en mi universidad estamos ofreciendo clases particulares para recaudar fondos, y si estáis interesados solo tenéis que decírmelo o llamar al teléfono que está apuntado en el papel.- dijo Deryck.
En seguida unas cinco manos de diferentes chicas se alzaron.
-¿Si?- preguntó a Sammy.
-¿Si llamamos al teléfono nos darás tu las clases o otra persona de tu universidad?
-Si me lo decís ahora probablemente las de yo, y si llamáis al teléfono puede que las de yo o otro, no lo puedo saber.- dijo.
-Entonces yo quiero clases.- dijo Sam.
-Yo también.- dijeron las otras cuatro chicas.
-Está bien, hablamos después los horarios.- dijo Deryck.
Me resultaban patéticas, ¿cuando iban a darse cuenta de que Deryck jamás se fijaría en ellas? Apuesto a que muchas ni si quiera necesitaban las clases, y si alguna de ellas las necesitaba seguro que ni si quiera atendería a la clase.
Deryck comenzó a dar la clase. Yo ni si quiera estaba atendiendo y me quedé embobada mirando simplemente como explicaba. Se movía con seguridad por la clase, haciendo de vez en cuando anotaciones en la pizarra y preguntando a alumnos al azar.
Esa Sam no dejaba de levantar la mano para preguntar estupideces. Estaba en primera fila con los ojos fijos en Deryck, que pesada era. ¿Por qué Deryck la sonreía todo el tiempo? Resultaba molesto, ¿porque no tonteaban después de clase?
-Alison...
Al parecer Nick ya había llegado y estaba sentado al lado mía. No me apetecía responderle, estaba demasiado ocupada odiando a Sam en mi mente. Tampoco es que la odiase, solo me ponía un poco de los nervios.
-Alison...- insistió Nick y yo le miré cansada de fingir que no le estaba escuchando.
Él me señalo hacia Deryck, que me estaba mirando... De hecho todos me miraban. Yo sonreí incómoda.
-Parecías un poco distraída, Alison...- dijo Deryck.
-¿Un poco?- dijo alguien desde las primeras filas.
-¿En que pensabas?- siguió Deryck.
Eché un vistazo a la pizarra para inventarme que estaba atendiendo, pero no entendía nada e iba a ser evidente que no estaba atendiendo.
-En... Eso.- dije señalando la pizarra.
-¿Y que es eso?- continuó Deryck con una sonrisa burlona.
¿Por qué sonreía así? ¡No podía hacer eso! ¡Los profesores no deberían de sonreír así!
-Pues eso que estamos dando...- dije.
-Ya... Procura atender un poco más la próxima vez a "eso que estamos dando".- dijo finalmente sin borrar la sonrisa y girándose.
Yo suspiré.
-¿Por qué no me has avisado?- le dije a Nick molesta.
-¿Y que crees que estaba haciendo?- dijo él también molesto.- Estabas completamente empanada, ni un circo de monos te habría hecho espabilar.

La clase pasó con lentitud y cuando finalmente sonó la sirena me sentí aliviada. Había pasado el resto de la clase tratando de atender, pero incluso después de medio curso teniendo a Deryck de profesor seguía sin acostumbrarme y su clase era la clase más horrible de todas.
Me senté en la mesa y miré mi horario, Educación física, nada me daba más pereza que eso en estos momentos.
-¿Qué clase tienes?- le pregunté a Nick.
En Educación Física nos dividían por chicas y chicos, así que no estaba con él.
-Ética.- dijo Nick cogiendo su mochila y después se puso detrás mía ojeando mi horario.- ¿Te acompaño al gimnasio?
-Claro.- dije bajándome de la mesa y dándole un beso. Él sonrió, después me cogió la mano y nos dirigimos hacia la puerta.
Todas las chicas estaban rodeando a Deryck que llevaba un papel en la mano donde estaba apuntando el horario de las clases particulares.
-A mi me vendría bien una clase extra además de las que ya me has apuntado...- dijo una.- Es que voy muy mal.- aclaró.
-Espera un segundo.- le dije a Nick cuando ya estábamos en la puerta y él se quedó esperándome en el pasillo.
Retrocedí y me acerqué al grupo de chicas que miraban a Deryck. Todas se giraron mirándome con cara de pocos amigos, seguramente porque sabían que había estado saliendo con Deryck. Yo las sonreí con superioridad, me daba igual lo que pensaran, sé perfectamente que Deryck me prefiere a mi que a cualquiera de ellas.
-¿Me puedes apuntar a eso de tus clases?- pregunté.
Deryck me miró sorprendido.
-Emmm... Claro. ¿Qué día puedes?- dijo.
-El que sea.- dije sonriendo.- Luego me llamas si eso, y me dices que día puedes tu ¿vale?
-Claro.- dijo él.
Después fui hacia la puerta, sabiendo que todas las chicas me miraban envidiosas.
-¿Qué ibas a hacer?- preguntó Nick.
-Me había dejado un boli.- dije y caminé de su mano por los pasillos.
No sabía porque había hecho eso, ni si quiera necesitaba las clases... Solo por ver la cara de envidia que el resto de chicas me ponía y la de sorpresa de Deryck merecía la pena.

Las horas pasaron y por fin sonó el timbre que indicaba que podíamos ir a casa, pero como siempre yo me marché a mi castigo, esta vez con Nick.
Nick parecía de buen humor, él era posiblemente la única persona en el universo a la que le hacía feliz estar castigado después de clase.
Ryan ya estaba en la clase, con la cabeza apoyada en la mesa y un montón de papeles ordenados a su alrededor.
-¡Despierta Collins!- dijo Nick lanzandole su chaqueta y dándole en la espalda.
-Oh... ¿Tu otra vez?- dijo este levantándose.- ¿Cuánto tiempo vas a estar aquí?
-El que sea necesario.- dijo Nick sonriendo.
En ese momento la profesora que castigó a Nick entró por la puerta.
-Nicholas- comenzó la profesora.
-Nick.- le corrigió él.
-Hoy es tu día de suerte.- continuó sin hacerle caso.
-¿En serio?- dijo Nick sonriendo.
-Si, el chico al que ayer lanzaste al suelo ha venido a mi despacho y me ha dicho que le pediste perdón, e incluso le compraste otro refresco, así que ya no estás castigado.- dijo la profesora sonriendo, orgullosa de Nick.
Ryan soltó una carcajada y Nick dejó de sonreír.
-Vaya... Que majo el tío...- dijo Nick aunque su tono parecía decir justo lo contrario.
-Si, ya puedes irte a casa.- dijo Ryan.- Que pases una buena tarde.
Nick me miraba y yo encogí mis hombros.
-No te preocupes por Alison, que se queda en buenas manos.- continuó Ryan.
-Nos vemos mañana.- dijo Nick suspirando y dándome un beso.

Al rato estaba sentada en frente de Ryan, teníamos que grapar las matrículas de las clases extra-escolares del siguiente trimestre, y la verdad es que era un montón.
-Zapato.- dije.
-Tomate.- dijo Ryan.
-Telepatía.- dije.
Llevábamos como quince minutos jugando a las palabras encadenadas para matar el aburrimiento mientras grapábamos las montañas y montañas de papeles que teníamos.
-Este juego es una mierda.- dijo Ryan.
-Lo dices porque no encuentras nada que vaya con telepatía... Además, fuiste tu el que ofreció jugar.
-Porque me muero de aburrimiento...- dijo soltando la grapadora y estirándose.
Solté la grapadora y me levanté también estirándome.
-Yo también.- dije y me dirigí a la ventana.
La abrí y me asomé, mirando a los chicos y chicas de primer curso que se iban de camino a sus casas, riendo.
Ryan se puso a mi lado.
-Tu solías ser así.- dijo.
-Así... ¿cómo?
-Ya sabes, solo una chica sin preocupaciones, antes te reías más.
-¿Antes cuando? Yo siempre me río.- dije.
-Antes, cuando estabas conmigo.- dijo sin dejar de mirar por la ventana, pero yo le miraba.
-Sigo igual que siempre, solo he cambiado contigo.- dije y volví a mirar por la ventana, ahora era él quien me miraba.
-Pues me gustaba más cuando no eras una borde, y sé que a ti te gustaría volver a ser como eras antes conmigo.
-¿Por qué estás tan seguro?- pregunté.
-Sé que no quieres a Nick ni la mitad de lo que me has querido a mi.- continuó.
-Estás equivocado.
-¿Quieres apostar?- dijo y de repente me estaba besando y yo no hacía nada para impedirlo.
Levanté mi mano para empujarle lejos de mi, pero cuando tenía que hacerlo mi mano parecía bloqueada y simplemente se quedó apoyada sobre su pecho, y mis ojos estaban cerrados, y mis labios se movían con los suyos.
Pero entonces pensé en Nick, y en sus celos estúpidos que al parecer ya no eran tan estúpidos... ¿Por qué hacía esto? ¿Por qué simplemente no le decía a Ryan que parase?
Y es que el tenía razón, le echaba de menos, había sido mi primer amor y el primer amor no se olvida tan fácilmente, y yo era tan estúpida...
Ryan se apartó lentamente de mi y yo miré al suelo, él sonreía, luego miró su reloj.
-Es la hora, podemos ir a casa.- dijo cogiendo su mochila.
Yo hice lo mismo y empezamos a caminar por el pasillo en silencio.
-No volverá a pasar.- dije.- No le digas nada.
-Descuida, eres demasiado buena. Te sentirás mal y se lo acabarás diciendo, después lo dejaréis y vendrás conmigo.
Salimos del instituto y él se giró hacia su casa por el camino contrario a la mía.
-Ryan.- dije antes de que se fuera.
Él se limitó a girarse y mirarme.
-Todavía te debo una película con palomitas... ¿Quieres venir a mi casa?
Él sonrió ampliamente.
-No puedo, tengo planes... Tal vez otro día.- dijo y se giró sin decir nada más.
Yo me quedé parada mirando como se iba, él ni si quiera se giró. Me sentía mal conmigo misma, pero sobre todo me sentía mal por Nick.
Pero ya no podía arreglarlo, lo hecho hecho estaba, y a pesar de que me sentía mal por ello, posiblemente lo volvería a hacer.
No podía evitarlo, quería a Nick, pero Ryan era mi debilidad.
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Gracias gracias gracias a todos los lectores, tanto como a los que me leen desde el principio como a los nuevos ¡sois geniales!
Muchos besos y hasta lo antes posible ^_^