miércoles, 28 de agosto de 2013

Capítulo 40.

Era Sábado, todas las chicas estaban en su casa preparándose para el baile de primavera que tendría lugar en una hora y yo estaba en el salón ya preparada para irme viendo un partido de fútbol que ni si quiera me importaba.
Nos habían dado las notas justo ayer, y ya estábamos oficialmente de vacaciones, hasta el mes de Mayo, donde volvíamos a clase.
Ryan me había dicho que tenía que estar en el instituto un poco antes del baile, para que nos explicaran que teníamos que hacer. Todavía me parecía increíble que no nos dejaran asistir al baile y que nos dejaran castigados un sábado ¿de verdad eso era legal?
Decidí no quejarme mucho por ello, ya que este sería mi último y oficial día de castigo si no la cagaba, y no la cagaría. Haría lo que me mandasen y sería libre.
Nick no se había enfadado tanto porque no fuéramos juntos al baile, sé que él tenía tantas ganas como yo, y no le hacía gracia que tuviese que pasar toda la noche con Ryan, pero al fin y al cabo no era mi culpa.
Había llamado a Leslie para ver que iba a hacer finalmente, y me dijo que se quedaría en casa como si fuera otro sábado normal.
En cambio Harry iba a ir por primera vez a un baile del instituto. También hablé con él por teléfono, pero me colgó en seguida porque al parecer estaba estresado ya que no sabía anudar la maldita corbata, según me había dicho, y justo antes de colgar pude oír un grito de Harry diciendo "Mama, ¡ayúdame con esta mierda!". Nunca antes había visto a Harry así, emocionado y nervioso por algo, y mucho menos por un baile del instituto. Aunque dudo que fuera el baile lo que le ponía nervioso, lo que realmente le hacía eso era Alice, esa chica le estaba volviendo loco, pero era una locura de las buenas. El mujeriego de Harry Mccain se había enamorado.
Me levanté del sofá sin ganas y fui hacia la entrada, cogí mi bolso que estaba colgado en el perchero junto a la puerta y salí sin decir nada.
No me había vestido especialmente, solo me había puesto unos vaqueros cualquiera de mi armario, con una camiseta básica y una camisa desabrochada por encima acompañado con mis zapatillas converses.
Cuando llegué al instituto ya había algunos coches aparcados de los alumnos del último curso que ya tenían el carnet, a pesar de que todavía faltaba cerca de media hora para que empezara el dichoso baile.
Entre todos esos coches reconocí el descapotable rojo de Ryan. Él estaba ahí, con algunos de sus amigos bebiendo cerveza. Me empecé a acercar a ellos, y cuando Ryan me vio se levantó en seguida y se despidió de sus amigos.
-Ey,- dijo acercándose con naturalidad.- Vamos dentro.- dijo.
-¿Tienes prisa?- pregunté a la vez que le seguía.
-Si.- contestó simplemente.
¿Quién tiene prisa para ir a un castigo? Me pregunté a mi misma, pero no lo dije en voz alta.
Los amigos de Ryan nos miraban mientras no alejábamos, algunos sonreían y soltaban comentarios del tipo "Hasta luego, parejita". La verdad es que había tenido que estar muchas veces con ellos cuando salía con Ryan, y si, eran tan estúpidos como aparentaban.

Al rato Ryan y yo estábamos en una clase metidos. Ryan sujetaba un traje metido en una funda de plástico para que no se estropeara.
-¿Qué es eso?- dije.
-Es tu... uniforme. Me han dicho que debíamos ponérnoslo, porque haremos de camareros.
-¿En serio?- dije sorprendida.
Este año el instituto se había estirado con el baile, porque comprar unos trajes para los camareros era algo realmente extraño. De hecho era el primer año que ponían camareros, normalmente había una mesa llena de bebidas y cada uno se servía lo suyo.
-No, era broma... ¡Pues claro! Ponte el uniforme de una vez.- dijo como si fuera tonta al mismo tiempo que se quitaba la camiseta para ponerse su uniforme.
Yo suspiré.
-Gírate al menos ¿no?
El puso los ojos en blanco y se giró.
-Tampoco es nada que no haya visto ya...
-Nunca me has visto en ropa interior.- dije mientras me desabrochaba el pantalón.
-Te he visto en bikini que es lo mismo.
Me seguí quitando la ropa hasta quedarme en ropa interior y después abrí la funda del uniforme, que se cerraba con una cremallera.
-Ryan...
-¿Qué?
-Esto es un vestido.- dije sin entender muy bien.
No esperaba que el uniforme fuera un vestido, y menos un vestido así. Era rojo, de palabra de honor que al final tenía vuelo. No entendía nada, pero ese no podía ser el uniforme, debía ser el vestido de alguna de las chicas que iba al baile y se debían haber confundido o algo... No tenía sentido.
-¿En serio?- dijo Ryan a la vez que se giraba para mirarme con una sonrisa.
-Jode, ¡que te gires, imbécil!- dije a la vez que le lanzaba lo primero que veía, que resultó ser la camiseta que hace un rato llevaba puesta.
-Vale, vale.- dijo girándose de nuevo.
-¿Qué hago?- dije más calmada, admirando el vestido.
-Pues ponértelo.- dijo girándose una vez más mientras se anudaba hábilmente la corbata de su traje.
Esta vez no le dije nada, total, era verdad, ya me había visto.
Estaba harta de estar en ropa interior, así que suspiré y deslicé el vestido por mi cabeza.
-¿Me lo abrochas?- le dije a Ryan.
Él se acercó a mi sin decir nada, echó mi pelo a un lado y comenzó a subir la cremallera de mi espalda con cuidado.
Después miré mi reflejo en la ventana. El vestido era impresionante, y se amoldaba perfectamente a mi, como si lo hubiesen comprado expresamente para que yo me lo pusiera. Y con Ryan a mi lado, con un traje y la corbata azul que hacía juego con sus ojos hacíamos la pareja perfecta.
Él se giró y cogió una caja que había sobre la mesa, de la cual ni me había fijado y me la tendió.
Yo la abrí sin estar muy segura de que esperar, y allí estaban unos tacones rojos, a juego con el vestido.
-No entiendo nada...- dije. 
Dudo que los profesores se hubiesen tomado tantas molestias en que los camareros estuviesen bien vestidos.
-Te mentí.- dijo Ryan.
-Explícate.
-No estamos castigados. Sabía que aunque te lo pidiese irías al baile con el inútil de tu novio. Así que me inventé esto, te compré un vestido... Y aquí estamos.- dijo calmado.
Yo empecé a balbucear sin saber exactamente que decir, estaba furiosa y a la vez emocionada y feliz de que hubiese hecho todo eso por mi.
Él no esperó que dijese nada así que habló él.
-¿Quieres ir al baile conmigo?- dijo tomándome la mano como en una película.
-¡Si!- dije sonriendo y olvidando que estaba furiosa. Él esbozó una sonrisa.

El baile había comenzado. Me había terminado de preparar, me había maquillado un poco, pero había dejado mi pelo suelto, tal y como lo traía. Ryan aseguraba que las chicas siempre estaban mal guapas con el pelo suelto.
Ryan me cogía la mano y entramos en el gimnasio donde se celebraba el baile. El enorme gimnasio estaba completamente diferente, con la música, las mesas, el escenario y el decorado no parecía que tan solo hiciese unos días que había estado allí dando mi clase de gimnasia.
La gente nos miraba al pasar, la verdad es que mi vestido era el más bonito de todos. Las chicas me miraban con envidia, por dos motivos. El primero era que estaba completamente guapa, mucho más que la mayoría de ellas, y el segundo era porque iba acompañada del chico más popular y guapo de todo el instituto.
-¿Han vuelto?- oí como le preguntaba una chica a su amiga.
Ryan y yo caminamos juntos hacia la mesa de las bebidas donde estaban sus amigos.
-Vaya, al final si que habéis venido juntos.- dijo un chico llamado James mientras daba una palmada en el hombro a Ryan.
-No pensé que lo consiguieras...- dijo otro solo para que lo oyera Ryan, pero yo también lo había oído, aunque fingí que no.
-Pues claro que lo conseguiría...- dijo Ryan como ofendido.- ¿Quieres beber algo?- dijo esta vez refiriéndose a mi.
-Claro.- dije.
Leah y Mandy, las dos chicas que acompañaban a los amigos de Ryan al baile se acercaron a hablarme.
-No sabíamos que hubieseis vuelto.- dijo Leah sonriéndome. Tenía carmín en el diente, pero no se lo iba a decir, era una estúpida animadora, y no soportaba a ninguna de ellas.
-Si, lo teníais muy escondido.- dijo Mandy soltando una risita.
Yo las dediqué una sonrisa que se notaba demasiado que era forzada, e iba a responderlas, pero vi algo que me interesaba aun más.
Deryck estaba al final de la sala hablando con las pesadas de Samatha y Sophie ¿cuando se darían cuenta esas dos lerdas que Deryck me quería a mi?, me pregunté mientras me acercaba.
-¡Deryck!- dije cuando estuve cerca y le dediqué una sonrisa.
-¡Alison! Estás espectacular.- dijo sonriéndome también.
-Gracias.- respondí y pude ver de reojo como Samantha y Sophie me fulminaban con la mirada.- ¿Quieres bailar?
-No tengo mucho tiempo, la verdad.- dijo Deryck.
Y esta vez fueron Samantha y Sophie las que sonrieron y yo las fulminé con la mirada.
-No pasa nada...- contesté.- ¿Podemos hablar un segundo en privado?
Deryck me miró extrañado.
-Claro...
Caminé de su lado alejándolo de aquellas dos.
-¿Qué haces aquí?- pregunté amigablemente.
-Venía a recoger unas cosas, como ya no voy a volver a dar clases aquí... Y como pasaba por aquí, pues me paré a saludar.
-Ah, claro.- dije sonriendo.
-¿Qué me ibas a decir?- dijo Deryck.
En realidad no lo quería decir nada, solo quería alejarle de esas dos.
-En realidad no te quería decir nada, solo quería... hablar un poco.- dije decorando la verdad.
-Bueno, pues ya hablaremos en otro momento.- dijo cansado.- Ya te he dicho que solo venía a saludar.
-Claro...- dije algo desilusionada. ¿Por qué pasaba de mi?

El baile transcurrió con normalidad. Había bebido un montón de ponche, y aunque en realidad se supone que era ponche sin alcohol ya que en el instituto solo nos servían eso, un montón de alumnos traían botellas de bebidas alcohólicas y lo vertían disimuladamente en el cuenco de ponche para hacer la fiesta más divertida. Todo esto los profesores no lo sabían, pero muchos de los alumnos ya estaban borrachos.
Vi a Harry a lo lejos, todavía no me había cruzado con él, y ni si quiera sabía que estaba en el baile, así que en cuanto le vi no dudé en acercarme a él.
Estaba de espaldas, hablando con Alice que estaba realmente preciosa. Su vestido era negro, con unos detalle en plateado por el borde y debajo del pecho y la espalda completamente al aire. Con su piel pálida resaltaba muchísimo entre la multitud, en realidad, nunca me había fijado realmente en lo guapa que era Alice.
-¿Quién soy?- dije tapando los ojos a Harry por detrás.
Él suspiró.
-Si eres otra pesada queriendo bailar conmigo la respuesta es no, ya tengo acompañante para el baile.- dijo y Alice se sonrojó.
Yo quité las manos de los ojos de Harry y le golpeé en el hombro.
-Soy yo idiota.- dije poniéndome en frente suya.
-¡Ali! Al final has venido.- dijo sonriendo.
-Pues claro, no podía perderme tu aparición por primera vez en un baile escolar.
-Es cierto, no puedes. Realmente me adoras.- dijo sin borrar la sonrisa de su cara.
-Claro que si.- dije.
La gente miraba a Harry más de lo que me miraban a mi por ir acompañada de Ryan. Él cogía la mano de Alice, y ella se sonrojaba todo el rato porque no estaba acostumbrada a ser el centro de atención ni a que uno de los chicos más populares del instituto se fijara en ella, pero sonreía cada vez que hablaba con Harry, el tenía esa capacidad para hacer sonreír a cualquiera.
-Estás genial con el traje, Harry.- comenté.
-Si, ya me lo han dicho. Tu también estás genial... Pero no tanto como Alice.- dijo mirándola y la hizo girar con sus manos aun agarradas.
Parecía que ella estaba en una nube, y él no podía dejar de mirarla.
-Está bien... Creo que me voy, tortolitos.- dije, pero ellos no me hacían caso, solo tenían ojos el uno para el otro.
Espero que después de esto Harry no tuviese la cara de decirme que no estaba enamorado.

Volví con Ryan y fuimos hacia la pista de baile. Sonaba un remix del DJ, así que bailábamos separados, pero juntos, eso que se suele hacer cuando la música es movida.
Un chico bailaba a nuestro lado desenfrenadamente, la verdad es que resultaba bastante ridículo, posiblemente hubiese bebido demás, porque si no no me explicaba el motivo por el cual bailaba de tal manera.
-Por favor, dime que nosotros no nos vemos así.- dije a Ryan sin dejar de bailar.
-Yo no, pero tu si.- dijo con una sonrisa socarrona.
-¡Yo bailo bien!- respondí indignada.
-No lo creo.
-Si que lo hago...- dije picada.
-No lo haces, y lo peor es que él baila así porque está borracho, pero tu bailas igual y estás sobria.- dijo ensanchando su sonrisa.
Entonces comenzó a sonar una canción lenta, y las parejas empezaron a juntarse, bailando pegadas. Yo hice un ademán de marcharme a sentarme, pero entonce Ryan me agarró de la cintura para que me quedase.
-¿No decías que bailaba mal?- pregunté sonriendo.
-Si, pero tal vez pegada a mi no se note tanto.- dijo cogiéndome la mano y moviéndose al ritmo de la música.
-Eres idiota...- dije a pesar de que estaba sonriendo.
Ryan puso sus dos manos en mi cintura, yo pasé mis manos detrás de su cuello y apoyé mi cabeza en su pecho, dejándome llevar por la música.
-¿Sabes que todo el mundo nos mira?- preguntó Ryan.
-Lo he notado...- dije, aunque ahora nos miraban mucho menos que cuando acabábamos de llegar.
-Eso es porque estas preciosa.- yo sonreí y le concedí el cumplido.
-Ya me lo han dicho... Es gracias a tu vestido.
-¿Te gusta?
-Me encanta. Gracias por todo, me estás haciendo pasar una noche inolvidable.- dije y le miré a los ojos.
Él puso una de sus manos en mi mejilla y seguimos mirándonos.
Estaba totalmente ausente del mundo en ese momento, solo existíamos él y yo, bailando en aquella sala llena de gente, pero aun así podía sentir como si estuviésemos solos, hasta que empecé a oír los murmullos a mi alrededor.
-Está ahí.- oí decir a una chica mientras me señalaba, que estaba a unos metros de Ryan y yo.
Entonces dirigí mi vista a la persona con la que hablaba. Nick.
Estaba ahí mirándome, me había olvidado completamente de él. Y yo estaba pegada a Ryan...
Como en un acto reflejo me separé de Ryan, pero Nick ya estaba saliendo del gimnasio, enfadado.
-¿Te vas?- dijo Ryan cogiéndome la mano antes de que saliese disparada detrás de Nick.
-Si.- contesté sin más y salí de allí.
Me recogí el vestido para poder correr y abrí las puertas del gimnasio saliendo al pasillo del instituto.
Miré a la derecha, ni rastro de Nick, solo la fila de taquillas y las escaleras vacías. Me giré hacia la izquierda y ahí estaba, apoyado en la pared. Ni me miraba.
-Castigada... ¿no?- dijo con tono irónico y algo de furia.
-Puedo explicártelo.- dije poniendo los brazos en alto en señal de paz.
-¿Explicarme que me mentiste para poder ir al baile con el idiota de tu ex con el que según tu te llevabas fatal? No, si lo entiendo.
-Es que no es eso... Yo creía que de verdad estaba castigada.- intenté explicarme.
-¿Y el vestido te lo trajo tu hada madrina?
-No, Ryan me lo dio, y yo...
-Y tu te lo pusiste, y luego bailasteis toda la noche mientras el estúpido de tu novio te esperaba.- volvió a interrumpir.
-No, luego yo pensé en llamarte, para que fuéramos juntos...- seguí algo nerviosa.
-¿Y qué pasó?- dijo ahora mirándome.
Yo me quedé en silencio, no tenía excusa, había ido al baile con Ryan y me había olvidado completamente de Nick.
-¡Que se me olvidó!- dije.- Pero no ha pasado nada, solo bailamos y punto.
-¿Qué se te olvidó? Te olvidaste de mi, y fuiste con ese gilipollas. ¡Vamos, Alison! Os vi ahí completamente pegados, estoy seguro que os habríais besado de un momento a otro.
-Bueno, pero no pasó ¿no?- dije ahora yo también enfadada.- Además, ¡solo es un estúpido baile! ¿verdad? ¡Tu mismo lo dijiste!
-Puede que fuera un estúpido baile, pero quería ir contigo. Y tu preferiste ir con el rubio ese...
-No lo prefería, yo solo...
-Ya, si lo sé, se te olvidó, fue un lapsus ¿verdad?
-Si, eso.
-Vete a la mierda.- dijo sin más e hizo un ademán de irse.
Yo le miré anonadada.
-Espera Nick, ¿qué querías que hiciera?- pregunté al borde de las lágrimas.
-Que me llamaras, que me dijeras que viniese, y lo habría hecho. Se supone que deberías de saberlo.
-Yo...- dije, pero me quedé callada, no tenía nada que decir.
-¿Sabes que? Déjalo... Esto no va a ninguna parte.- dijo suspirando.- Vete a tu baile, con tu vestido y con tu nuevo novio, pero déjame en paz.
Nick abrió la puerta y salió. Yo me quedé parada en el pasillo hasta que una lágrima empezó a resbalar por mi mejilla, y me derrumbé.
Nick tenía razón en todo. Era una idiota, jamás tenía que haberme puesto el vestido que me dio Ryan, jamás tendría que haber bailado con él. Simplemente tenía que haber vuelto a casa, llamar a Nick y pasar la tarde con él.
Pero no lo hice y ahí estaba yo, sola en el pasillo del instituto, con un precioso vestido que me hacía sentir como una mierda.
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¡Y hasta aquí el capítulo! Espero que os haya gustado mucho.
Dejarme un comentario e intentaré tener el siguiente para lo antes posible ¡Un beso!