miércoles, 4 de septiembre de 2013

Capítulo 41.

Había pasado una semana del baile de primavera.
Las vacaciones habían empezado, lo cual significaba que no vería a Nick hasta dentro de un mes y medio. No empezábamos de nuevo las clases hasta mediados de Mayo, y extrañamente yo estaba deseando que empezaran ya, para pedir perdón a Nick y que todo volviera a la normalidad.
Le había llamado como 20 veces al día desde lo ocurrido en el baile, pero no me respondió ni una sola llamada.
Estaba harta de esta situación. Lo había hablado con Harry y Leslie, ellos no me dijeron mucho del tema, seguramente porque sabían de sobra que yo la había cagado pero mucho, y que Nick tenía toda la razón del mundo por enfadarse, pero no me lo dijeron directamente y me apoyaron todo el tiempo diciendo que todo se arreglaría y que Nick me perdonaría porque él me quería demasiado... Pero después de una semana ignorándome yo no lo veía tan claro.

Aquella tarde me decidí a ir a su casa y arreglarlo todo de una vez. Sabía que le habían dado vacaciones en sus dos trabajos, así que tenía que estar en casa.
Y allí estaba yo, plantada enfrente de su puerta intentando decidir si apretar el timbre o no.
Di un largo suspiro y finalmente lo hice.
Se oyeron pasos al otro lado. La cerradura sonaba. El picaporte se movía. Y una pequeña cabeza se asomó, era Tyler el hermano pequeño de Nick.
-Hola Tyler.- dije esbozando la mejor de mis sonrisas.- ¿Está... Danny?- dije recordando que así llamaban a Nick en su casa ya que era su segundo nombre.
-Emmmm... No sé. Voy a comprobarlo.- dijo él indeciso y después entornó la puerta.
Yo me quedé esperando y oí como Tyler daba un par de pasos.
-Es Alison.- dijo Tyler en voz un poco más baja, pero aun así yo podía oír ya que provenía del salón.
-Dile que no estoy.- dijo Nick.
De nuevo se oyeron pasos y se volvió a abrir la puerta, pero no del todo ya que si abría la puerta podría ver a Nick en el salón. Solo lo suficiente como para asomar su cabeza y poder mirarme.
-No está...- dijo tímidamente.
-¿Puedes decirle a Nick que le he oído y que si puede salir solo a hablar conmigo un momento si no es mucha molestia?- dije intentando sonar amable, pero mi tono fue demasiado brusco e irónico.
Tyler se encogió de hombros.
-Bueno...
De nuevo entornó la puerta y caminó al salón.
-Te ha oído.- murmuró Tyler.
Entonces se escuchó una carcajada de Chris, el mediano de los hermanos Carter y un suspiro de Nick.
La puerta se abrió de nuevo y está vez apareció Nick.
-¿Qué coño quieres? ¿No has notado que te estaba ignorando?- dijo bruscamente.
-Bueno, quería explicarme.- dije.
-Ya te explicaste...- dijo harto.- Y aunque lo volvieras a hacer la respuesta sería la misma, hemos terminado ¿vale?
Nick hizo un ademán de cerrar la puerta pero yo la paré.
-Espera solo un segundo, por favor.- dije.
-Que no Alison, deja de intentarlo. Lo nuestro nunca ha tenido futuro, por favor, somos completamente diferentes. Era evidente que esto iba a acabar pasando.
-No te sigo...- dije.
-¿No te da cuenta? Todo el mundo lo decía. Venga, eres una pija, que vive en una casa enorme, sin ninguna preocupación, y yo soy todo lo contrario a ti. ¿Por qué no te vas con Ryan de una vez, que es tu alma gemela?
-¿Quién decía eso?- dije molesta.
-¡Todo el instituto! Incluso mis amigos se burlaban de mi por estar saliendo contigo.
-¿Qué amigos?- dije.
-Todos, Greg, Alex...
-¡Alex!- dije interrumpiéndole.- ¿A ese le llamas amigo?- dije recordando todo lo que le había hecho a Leslie.
-¡Si! Le conozco de toda la vida, y me empecé a distanciar de todos mis amigos por tu culpa, y todos ellos tenían razón ¡Eres todo lo que siempre he criticado! Mírate,- dijo señalándome.- Ropa de marca, todas esas pulseras de plata, e incluso tu maldito coche.- dijo ahora señalándolo, que estaba aparcado justo en la puerta.- ¿Crees que encajamos?
-¡Si! ¿Por qué no? ¿No dicen que los polos opuesto se atraen?
-Si, se atraen, no lo niego, pero no se aman. A lo mejor es eso, a lo mejor es que lo nuestro solo es atracción.- dijo seriamente.
-No es eso, yo te quiero.- dije segura.
-Pero el amor es cosa de dos.- respondió él.- Y yo no te quiero.
Me quedé en silencio, sin saber que responder, él tuvo que notar mi expresión y continuó.
-Y tu tampoco me quieres, aunque digas los contrario. Deberías irte con tu querido Ryan, ya nada te lo impide.- dijo más tranquilo.
-Pues a lo mejor lo hago.- dije molesta con Nick, porque se dejara influenciar por sus amigos que decía que no encajábamos ¿que sabrían ellos? Pero sobretodo molesta porque Nick hubiese dicho eso, que no me quería.
Sin darme cuenta una lágrima cayó por mi mejilla y me apresuré a limpiarla.
-Pues que te vaya bien.- dijo sin ninguna reacción y cerró la puerta en mis narices.

Había estado toda la tarde en casa pesando en ello, y cuanto más lo pensaba más furiosa estaba.
Así que era por eso, es decir, además de lo ocurrido en el baile sus estúpidos amigos habían estado metiendo mierda sobre mi. Que si era una pija, y todas esas cosas.
Y es que esa era mi imagen en el instituto, parecía una de esas animadoras cabezas huecas aun sin serlo, solo por haber salido con Ryan...
Sabía que a Nick no le caían bien esas niñas, pero no pensé que el creyese que yo era una de ellas, él me conoce, sabe que no soy así...
Ya me daba igual, estaba harta Nick. No pensaba seguir arrastrándome, si no me quería allá él.
Así que al siguiente día decidí ir a casa de Ryan, mi alma gemela, él me entendería más que nadie.
Empezaría con Ryan de 0, y seríamos esa pareja tan perfecta que fuimos en un pasado, las chicas me volverían a envidiar por estar con el capitán del equipo de fútbol, el más guapo de todo el instituto.
Me puse el collar que me regaló por San Valentín y me dirigí a su casa.

La casa de Ryan era gigantesca, la última vez que estuve fue para la fiesta y desde entonces no la había vuelto a pisar.
No había avisado a Ryan de que iba a venir, y en seguida me arrepentí ¿y si no estaba?
No importaba ya estaba aquí y lo iba a comprobar. Subí la escaleras del porche y llamé al timbre con decisión.
La puerta se abrió y ahí estaba la madre de Ryan, no la veía desde hacía años, cuando lo dejé con él pero ella me reconoció al instante.
-¡Alison!- dijo sonriendo.- Vaya, que cambiada estás ¿qué haces aquí?
La madre de Ryan siempre me tuvo cariño, aunque si era cierto que teníamos una relación un poco frívola. Yo le gustaba para su hijo, supongo porque como todo el mundo ella también pensaba que éramos la pareja perfecta y a mi ella simplemente me daba igual, la soportaba por ser la madre de Ryan y ya.
Los padres de Ryan estaba divorciados, y su madre nunca estaba en casa, siempre de viaje y cosas del estilo, así que no prestaba mucha atención a su hijo. Su padre en cambio era muy exigente con Ryan, pero le consentía todo al fin y al cabo.
Ryan siempre iba de la casa de su madre a la de su padre todo el tiempo, con su madre en vacaciones y con su padre el resto del año, los dos están podridos de dinero, así que Ryan tiene todo lo que quiere cuando quiere.
-Hola...- dije.- Estaba buscando a Ryan ¿está en casa?
Ella sonrió.
-Si, en su cuarto. Ya sabes donde está.- dijo dejándome pasar.
-Gracias.- murmuré y caminé hacia las escaleras.
Su casa estaba casi igual que siempre, la última vez con toda la gente bailando y todo desordenado no me pude fijar detenidamente, pero ahora si. Había un montón de fotos de Ryan de pequeño por las paredes, en todas parecía un niño encantador y adorable, a pesar de que ya no lo es.
Llamé a la puerta de su cuarto.
-Pasa...- dijo la voz de Ryan desde dentro.
Abrí la puerta despacio y le vi dado la vuelta. Acaba de salir de la ducha y solo llevaba puestos los boxers azules. Se estaba quitando la humedad del pelo con una toalla que le colgaba por los hombros.
-¿Qué quieres?- dijo bruscamente. Seguía dado la vuelta y debía de pensar que era su madre.
-Hola Ryan...- dije.
Él se giró con los ojos como platos al reconocer mi voz.
-¿Qué haces aquí?- preguntó extrañado.
-Bueno...- dije tímidamente.- Nick y yo lo hemos dejado.
Él alzó una ceja.
-¿Por qué?
-Me he dado cuenta de que debía estar contigo.- dije encogiéndome de hombros.
No era exactamente la verdad, es decir, no lo habíamos dejado por eso, pero si era cierto de que me había dado cuenta de que debía de estar con él.
-¿A si?- dijo esbozando una breve sonrisa.
Me acerqué más a él, ahora más tranquila y cómoda.
-Si.- respondí poniendo una mano en su pecho.- ¿Qué te parece?
Él sonrió conforme.
-Pues perfecto.- dijo poniendo una mano en mi cintura, y entonces yo le besé.
Nuestros labios se movía a la vez, de manera fluida. Hacía mucho tiempo que no le besaba sin tener después la cabeza llena de remordimientos. Ahora solo estábamos Ryan y yo sin ningún impedimento.
Paseé la manos por todo su cuerpo semidesnudo, y él se deshizo de mi camiseta en seguida. Yo me apresuré a regresar mis labios a los suyos.
-Espera.- dijo apartándose de mi.
Yo le miré y él caminó hacia la puerta y puso el pestillo, para impedir que entrase alguien.
Y sin avisar Ryan me tumbó en la cama, él se tumbó también, inclinándose sobre mí, con su cara a pocos centímetros de la mía.
-Te dije que volverías conmigo.- dijo esbozando esa sonrisa suya.
Antes de que pudiera pensar una respuesta decente empezó a besarme y sus dedos ya habían localizado los botones y las cremalleras de mi ropa.
Ya ni si quiera pensaba a Nick, en ese momento solo existía Ryan, y el calor que desprendía su piel y me volvía loca.
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¡Fin del capítulo! Comentar please, intentaré tener el próximo lo antes posible ¡muchos besos!

1 comentario:

  1. Muy bueno el capitulo, tengo ganas de leer mas, espero el siguiente capitulo pronto. Sigue asi eres genial.:)

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